lunes, 21 de noviembre de 2011
“El trabajo integral y lúdico permitió la cohesión”.
Un grupo de 40 aprendices que se consolidó y ensambló durante su proceso de formación
Cuarenta aprendices acaban de terminar su proceso lectivo con un nivel de cero deserción como resultado de un trabajo conjunto durante el proceso de formación en el SENA.
Como resultado de la eficaz iniciativa del grupo es que una semana antes de culminar la etapa lectiva sólo dos de los aprendices faltaban por encontrar empresa para realizar la etapa productiva. Hoy día, todos la cumplen gracias a su propia gestión.
Los altos indicadores de deserción escolar que alcanzan cifras alrededor del 50% en todos los niveles de la educación inquietan a los directivos del sector en Colombia y a nivel mundial, llevando a diseñar políticas sectoriales que buscan no sólo mejorar la cobertura sino también que los jóvenes que entran al sistema culminen con éxito su programa de formación académica. Entre ellas, y desde el 2002, el Ministerio de Educación Nacional ha incluido como una de sus principales políticas para enfrentar esta situación el fomento de la formación técnica y tecnológica.
Frente a esta realidad, en el SENA Risaralda se encontró un grupo de cuarenta estudiantes que iniciaron su proceso de formación desde febrero de este año en el programa técnico en Gestión de Recursos Humanos y acaba de terminar la etapa de formación en aula con un nivel de cero deserción, convencidos de querer continuar con la cadena de formación como tecnólogos y especialistas, y seguros de su compromiso personal y grupal de formación para salir adelante.
Qué se hizo y cómo se hizo
“La cohesión, la integración y un claro compromiso con la formación académica y personal fueron las claves para que el grupo permaneciera unido”, señala Yaneth Rocío Cano Agudelo, quien junto con Luz Adriana Sanz Cardona, fueron las encargadas del proceso de inducción. Ambas recuerdan que desde este proceso se buscó reforzar el trabajo en equipo, las relaciones interpersonales, los valores, la oportunidad de ingresar al SENA y la importancia del desarrollo del proceso de formación, se les mostró el panorama de proyección profesional y se les vinculó en una integración con los tecnólogos en Gestión del Talento Humano, lo que les permitió conocer sus proyecciones futuras.
Aclara Yaneth Rocío que para ello se trabajaron tres semanas en las que con el desarrollo de actividades lúdicas se hizo el reconocimiento de la institución y se buscó la cohesión del grupo; además de permitirles pensar, proponer y crear, apoyando también el sentido de pertenencia por la institución y el emprendimiento. Por su parte, Luz Adriana señala que uno de los aspectos clave también fue la acertada elección de los líderes del grupo, porque ellos siempre impulsaron la integración y promovieron la unidad de todos.
Superado un pequeño obstáculo
A mediados de año, se generó un retraso en el inicio de clases como consecuencia de los cambios de contratación, pero esto no fue razón para que ninguno de los jóvenes se retirara, por el contrario, los líderes permanentemente buscaban una respuesta para el inicio de clase y con unos muy buenos canales de comunicación todos estaban atentos e interesados en retomar las jornadas. Fue allí cuando continuaron su formación bajo la orientación de la instructora Luz Marina González, quien asumió el grupo hasta concluir la etapa lectiva el pasado 28 de octubre. Ella destaca la excelente calidad humana del grupo y el compromiso académico que les ha caracterizado, y señala que la estrategia para que terminaran todos tiene que ver con la motivación que se les transmitió hacia el programa de formación y la proyección que se les mostró para el mercado laboral, además de la lúdica y la interacción que se lograron mantener en las aulas.
Opinan los aprendices
Juan David López Montoya: ‘El paso por el SENA fue una experiencia muy importante ya que aprendí a valorar mucho el estudio, desperté el líder que todos tenemos dormidos y, lo que más me agradó y me marcó es el cómo se trabaja en equipo en esta institución’.
Jhon Jader Arias Jaramillo: ‘Aprendí a valorarme y a valorar a todos aquellos que me rodean y también me quedó un nivel de conocimientos para mi vida personal, familiar, laboral y social’.
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ClaudiaA./Comunicaciones SENA Risaralda
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